Del 12 al 16 de abril, 23 estudiantes de diferentes carreras de la Sede Quito pertenecientes al Grupo de Asociacionismo Salesiano Universitario (ASU) de Pastoral, fueron parte de un proyecto de desarrollo humano y social que tuvo el propósito de fortalecer la identidad católica y salesiana de los estudiantes de la UPS.
Los jóvenes universitarios realizaron actividades pastorales de evangelización sobre el significado de la Semana Santa en comunidades Salinas de Guaranda (centro de Salinas, Chazojuan, Mullidiaguan, La Palma) así como en la parroquia de Zumbahua en las comunidades indígenas de Chicho, Ponce y Saraugsha.
Esta propuesta buscó también que fueran protagonistas de la evangelización en los sectores menos favorecidos del Ecuador y que asumieran con responsabilidad su compromiso cristiano con la colectividad. Los jóvenes tuvieron el apoyo de docentes, administrativos, graduados e integrantes de las familias misioneras, todos bajo la coordinación de la Pastoral Universitaria.
Durante cuatro días, visitaron a familias del sector, realizaron la celebración del lavatorio de los pies, la Víacrucis, una vigilia pascual, compartieron la Eucaristía de resurrección, celebraron la pascua infantil y juvenil. Como cierre de las actividades realizaron la charla «Empoderamiento y fortalecimiento de las cualidades juveniles en diferentes ámbitos personal, social y espiritual».
«Las misiones son experiencias que permiten reflexionar acerca de cómo estamos construyendo nuestra vida a nivel individual y colectivo, además es un buen momento para compartir con otras personas, involucrarte con otras realidades, entender y valorar lo que tenemos», manifestó Lorena Daga, graduada de la UPS.
Eduardo Villagómez, estudiante y colaborador de la DT de Comunicación y Cultura, considera que fue interesante conocer las relaciones sociales que se establecen en las comunidades, su trabajo en el campo y sus formas de espiritualidad. «Las familias nos recibieron con alegría y gratitud, me sentí motivado por poder compartir juegos y dinámicas con niños y jóvenes de la zona. Me conmovió que pese a sus adversidades económicas mantienen vivos sus valores cristianos y la forma en que ponen en práctica la solidaridad».